miércoles, 9 de febrero de 2011

POSTALES DESDE EL EXTRANJERO

                             
Querida mía:

Hoy quiero contarte que aún sigo aquí. En la última carta que envíe te confesaba, en forma de despedida, que quizás mi tiempo en este lado estaba llegando a su fin. Deseaba, como bien sabes, que así fuera pero la providencia una vez más pasó de largo. Nuevamente me enfrento con la dura realidad que sostiene mi existencia en una perpetua penitencia desde el mismo instante en el cuál, decidiste marcharte dejando vacío este caduco corazón.

Te cuento que el tiempo no pasa en tu ausencia, las arenas frenaron su caída víctima de una amarga tristeza. Los días transcurren más lentos que de costumbre. Antiguas melodías arrastran sus cantos por los rincones en intentos vanos porque no se apaguen sus voces. ¿Recuerdas aquella canción que tanto nos hacía sentir entonces? Aún resuenan los ecos de sus acordes en el viejo tocadiscos del salón aunque los vientos que impulsaban nuestras almas amainaron tras tu marcha.

No adivinarías como es la vida sin ti. Los primeros días, sumido bajo los efectos sedantes del impacto, transcurrieron con aparente normalidad ajeno a la cruel realidad que aguardaba impaciente. Días postreros la evidencia plantó su frío rostro ante la puerta dejando caer todo su peso sobre mis pies. El dolor, la rabia, la desesperanza, el rencor, la furia, la impotencia se apoderaron de los sentidos y dejaron el ánimo tirado sobre un suelo gélido que heló la sangre.

El tiempo, amor, aseguran es la mejor medicina para superar este tipo de trances. ¡Mienten! Han pasado dos años desde la última vez que nos vimos y mi corazón no ha dejado de latir por ti ni un solo segundo. Despierto cada mañana con la única esperanza de que al abrir los ojos pueda de nuevo volver a contemplar tu hermoso cuerpo recostado sobre las blancas sábanas de nuestra alcoba; deseo despertar temprano y sorprenderte mientras caminas descalza sobre el parqué de la habitación regalándome una sonrisa dibujada en el aire.

Me gustaría poder contarte que la vida sin ti sigue valiendo la pena, que los motivos para resistir siguen intactos; si así lo hiciera, faltaría a la promesa dada antes de tu partida. Duele, duele demasiado seguir sin ti. Después de toda una vida en común, nadie nos prepara para saber afrontar el resto del viaje sin compañía. Siento que el cuerpo ha dejado de reaccionar ante cualquier estímulo, se declara vencido y expectante, sentado en primera fila esperando que el tren no olvide parar en su estación esta vez.

Mientras, continúo fielmente redactando cada semana cartas que envío a una dirección inexistente sin remite alguno. ¡Será como si me hubiese tenido que marchar a trabajar fuera por una temporada! – me dijiste. Espero que al menos, haya donde estés, puedas estar leyendo lo que este viejo enamorado dice en ellas con el consuelo de saber que pronto, al fin, podremos reunirnos de nuevo para siempre.
Se despide, eternamente tuyo, Diego.

7 comentarios:

  1. Muchas gracias por compartir la historia, querido amigo y sobre todo por los buenos momentos que pasamos mientras hablábamos sobre ella. Ha sido todo un placer.
    Un fuerte abrazo, viejo.

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  2. Que preciosidad de carta, y que triste ver el gran vacío que siente esta persona al no tener a la persona amada a su lado, que suerte y bonito tener a una persona que te quiera y eche de menos de esta manera.
    Un besote Dani.

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  3. Joder, que triste.
    Por mucho que me haya gustado no me voy a la cama con un buen sabor de boca. Yo que intento ser optimista con respecto al olvido y estas cartas no ayudan! ( pero vamos, que no deja de ser preciosa). Yo me pregunto ¿estas historias todavía existen?
    Un abrazo grande a ese "viejo"
    (por cierto, ahora con lo de san valentín hay muchos concursos sobre cartas de amor, busca un poquillo por internet, que esta tiene posibilidades)

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  4. Es muy bonito estar enamorado de una persona así pero a la vez muy doloroso, y a mi no me gustaría sentirme así siempre, espero que el tiempo lo cure o te ayude a reencontrarte de nuevo con ese amor!!! besos

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  5. Es precioso pero muy pero que muy doloroso por que el amor es sentimientos que habeces esos sentimientos duelen como espina de un rosal Pero estoy segura que esas rosas que tienen espinas se caeràn y dejaràs esa maravillosa flor sin espina alguna para poderd disfrutar de su belleza y de su fragancia sin dolor alguno

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